Rilke, Soneto V


 Soneto V , Sonetos a Orfeo


"¡Oh, músculo de flor, que abre despacio


las albas de los prados a la anémona,


mientras la luz polífona en su seno


de los sonoros cielos se derrama!

¡Músculo de la callada flor-estrella

tendido en infinito acogimiento!

¡Tan agobiado a veces de abundancia

que del ocaso al signo de reposo

apenas puede replegar los bordes,

sobremanera abiertos, de sus pétalos!

¡Tú, fuerza y decisión de tanto mundos!

Más duramos nosotros los violentos.

¿Pero cuándo, en cuál vida nos abrimos

y somos finalmente acogedores?:"



                                                                                                                  Fotos de Pepa

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Este soneto dedicado a la anémona, flor que se caracteriza por abrir sus pétalos muy temprano en la mañana
y mantenerlo así hasta
muy avanzado el
crepúsculo, demostrando una tremenda sed por la luz del sol ...
El poeta se detiene en la fuerza que se esconde tras la fragilidad de esa flor,
fuerza orientada en el sentido de la apertura no sólo hacia la luz
, sino hacia la totalidad del universo y así es como la llama "fuerza de la acogida infinita"
 
cometnario del libro "Sonetos a Orfeo" de Otto Dorr Zegers

 
 

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