Soneto V , Sonetos a Orfeo
"¡Oh, músculo de flor, que abre despacio
las albas de los prados a la anémona,
mientras la luz polífona en su seno
de los sonoros cielos se derrama!
¡Músculo de la callada flor-estrella
tendido en infinito acogimiento!
¡Tan agobiado a veces de abundancia
que del ocaso al signo de reposo
apenas puede replegar los bordes,
sobremanera abiertos, de sus pétalos!
¡Tú, fuerza y decisión de tanto mundos!
Más duramos nosotros los violentos.
¿Pero cuándo, en cuál vida nos abrimos
y somos finalmente acogedores?:"
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