Acto I
Fanny Mendelssohn
De forma indolente
dejó de mirar por la ventana
y abandonó los recuerdos
que aún retumbaban en su memoria.
Tenía el vestido negro
una dulzura de años aún no vividos,
cuando se sentaba para tocar al piano
su primer concierto.
Sin embargo ella prefería embarcarse
en melodías llenas de anhelo
que le llevaban a un ánimo
más reposado .
Volvía otra vez a la ventana
barruntando trémolos fugaces
y una luz extraña
incitaba a componer las canciones
sin palabras.
El anónimo estado de aquellas partituras
yacían como bodegones
Se burlaba la nube
que fugazmente sobrevolaba
aquel sonido tantas veces obcecado
Siquiera con añoranza
le sobrevino las lecciones matutinas
infantiles de destreza (a su memoria)
que la detenían en ensoñaciones.
La breve escena mental
alentaba, ahora, el ímpetud
de la composición, sin dejar que la melancolía
estuviera presente,
Las pequeñeces humanas
no estuvieran presentes,
ni en los bastidores .
Volviste a sentarte
al intimismo acto
intenso, breve, inefable
suscitando dulzura.
Con las primeras luces
de la mañana dejabas
en el aire el sonido,
no era extraño verte así
aislada y alumbrada de esas luces
sonoras,
atravesando tus brumas...
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